Gabriela Mistral, reconocida poetisa chilena y ganadora del Premio Nobel de Literatura en 1945, fue una figura destacada en el ámbito de la educación. Aunque ella misma se refería a la educación como su oficio lateral, la verdad es que la pedagogía fue una pasión central en su vida. A través de sus escritos, discursos y cartas, Mistral dejó un legado de pensamientos pedagógicos que siguen siendo relevantes en la actualidad.
La importancia de la educación
Para Gabriela Mistral, educar era una tarea sagrada y el profesor no era simplemente un funcionario, sino un sacerdote. Ella veía la educación como un acto de amor y compromiso hacia los niños y jóvenes, y creía que los maestros tenían la responsabilidad de moldear y formar a sus alumnos. Mistral comparaba al profesor con un escultor, ya que ambos trabajan con material humano y tienen la capacidad de moldear y dar forma a sus obras.
Además, Mistral enfatizaba la importancia de transmitir belleza en la educación. Para ella, cada lección era susceptible de ser bella y consideraba que el profesor debía transmitir esa belleza a través de sus palabras y acciones. Mistral había experimentado en su propia educación situaciones tristes y desalentadoras, por lo que sentía que todos los niños tenían derecho a la belleza en su educación, independientemente de sus condiciones socioeconómicas.
La palabra viva y la curiosidad
Otro aspecto importante en el pensamiento pedagógico de Gabriela Mistral era la valoración de la palabra viva. Ella advertía sobre el peligro de enseñar conocimientos muertos, es decir, transmitir información sin despertar la curiosidad y el asombro en los alumnos. Mistral consideraba que un deterioro en el lenguaje era también un empobrecimiento del ser, por lo que instaba a los maestros a utilizar un lenguaje vivo y estimulante en sus clases.
Mistral también era una apasionada defensora de la lectura y creía que era fundamental recrear el goce por la lectura en los niños. Para ella, la lectura era un medio para despertar la curiosidad y el amor por el conocimiento, y consideraba que esta pasión por la lectura debía ser cultivada desde una edad temprana.
El legado de Gabriela Mistral
El pensamiento pedagógico de Gabriela Mistral sigue siendo relevante en la actualidad, especialmente en un momento en el que la educación se ha reducido a cifras y rankings. Mistral nos recuerda que la educación es un arte y no solo una ciencia, y que medir su éxito únicamente a través de estadísticas es reducir su dimensión estética.
En un contexto de Reforma Educacional, Mistral nos invita a reflexionar sobre la importancia de recuperar la vertiente humanista en la educación. Ella nos recuerda que la educación no se trata solo de recursos y evaluaciones, sino de transmitir valores, despertar la curiosidad y cultivar la belleza en el proceso de aprendizaje.
Los aportes de Gabriela Mistral a la educación son significativos y su pensamiento pedagógico sigue siendo relevante en la actualidad. Ella nos invita a replantear nuestra forma de entender y abordar la educación, recordándonos que educar es un acto de amor y compromiso hacia los niños y jóvenes. Mistral nos deja un legado de ideas que nos invitan a reflexionar sobre la importancia de transmitir belleza, despertar la curiosidad y cultivar la pasión por la lectura en el proceso educativo.