En junio de 2018, Chile fue sacudido por un trágico evento que conmocionó a todo el país. Gabriela Alcaíno, una adolescente de 17 años, y su madre Carolina Donoso, de 53 años, fueron encontradas sin vida en su casa en la comuna de Maipú, en Santiago. El principal sospechoso del crimen fue Fabián Cáceres, expareja de Gabriela, quien se negaba a aceptar el fin de la relación.
Este terrible suceso puso en evidencia una falencia en la legislación chilena, ya que el crimen de Gabriela no fue considerado como un femicidio según la ley vigente en ese momento. Esto generó un profundo descontento en la sociedad y dio origen a la llamada ley gabriela, la cual amplía la tipificación del delito de femicidio en Chile.
La lucha por la justicia
Tras la muerte de Gabriela Alcaíno, familiares, amigos y autoridades exigieron que el caso no quedara impune. La modificación de la ley de femicidio se volvió un tema recurrente en la agenda política del país. Fue así como, luego de un año de intensas gestiones, se le otorgó suma urgencia al proyecto de ley que lleva el nombre de Gabriela.
El 30 de enero de 2020, el Congreso de Chile aprobó por unanimidad la ley gabriela. Esta nueva normativa busca sancionar la violencia de género contra las mujeres con tipos penales específicos, como el femicidio por causa de género y el femicidio íntimo, entre otros. Además, establece penas más severas para los agresores, incluyendo el presidio perpetuo calificado, lo que impide que puedan solicitar libertad condicional antes de cumplir los 40 años de condena.
Impacto de la Ley Gabriela
Una vez que la ley sea publicada en el Diario Oficial, los casos de femicidio que ocurran en Chile serán juzgados de acuerdo a esta nueva normativa. Los culpables de estos delitos podrán enfrentar penas que van desde el presidio mayor en su grado máximo hasta el presidio perpetuo calificado, dependiendo de las circunstancias del crimen.
La ley gabriela también contempla agravantes que elevan las penas, como el embarazo de la víctima, la edad de la misma, la presencia de ascendientes o descendientes al momento del crimen, entre otros. Además, establece que el juez no podrá aplicar la atenuante de responsabilidad penal de obrar por estímulos tan poderosos que naturalmente hayan producido arrebato y obcecación.
Es importante destacar que esta ley no tiene efecto retroactivo, por lo que los casos anteriores a su promulgación serán juzgados según la legislación vigente en el momento del crimen.
Estadísticas y perspectivas
Según datos del Ministerio de la Mujer y Equidad de Género de Chile, hasta enero de 2020 se registraban 46 femicidios en el año anterior y dos femicidios consumados en lo que va del año. Estas cifras demuestran la urgencia de implementar medidas más efectivas para prevenir y sancionar la violencia de género en el país.
La ley gabriela es un paso importante en la lucha contra la violencia de género en Chile. Sin embargo, es fundamental que se sigan implementando políticas y programas que promuevan la igualdad de género y la prevención de la violencia en todas sus formas.
Gabriela Alcaíno se ha convertido en un símbolo de la lucha contra la violencia de género en Chile. Su trágico asesinato y la posterior aprobación de la ley gabriela han generado conciencia sobre la importancia de proteger los derechos de las mujeres y sancionar de manera adecuada los crímenes de género.
Esperamos que esta nueva legislación sea un paso significativo hacia una sociedad más igualitaria y libre de violencia. Sin embargo, es responsabilidad de todos seguir promoviendo el respeto, la equidad y la justicia en nuestra sociedad, para que casos como el de Gabriela Alcaíno no se repitan.