La Ruta 40 es una de las carreteras más emblemáticas de Argentina, con más de 5,000 kilómetros de extensión que se extienden a lo largo de todo el país. Esta ruta paralela a la Cordillera de los Andes ofrece paisajes impresionantes, desafíos emocionantes y la oportunidad de descubrir la belleza natural de Argentina de una manera única. En este artículo, nos centraremos en la experiencia de Gabriela Castillo en la Ruta 40 y cómo esta aventura la llevó a recorrer algunos de los lugares más increíbles del país.
El Comienzo de la Ruta 40 en el Sur
El kilómetro 0 de la Ruta 40 se encuentra en Cabo Vírgenes, en la provincia de Santa Cruz, en el extremo sur de Argentina. Este lugar es conocido como el confín más austral de la Patagonia continental y la puerta de entrada al Estrecho de Magallanes. Para Gabriela Castillo, este fue el punto de partida de su emocionante viaje por la Ruta 40.
El primer tramo de la Ruta 40 atraviesa Santa Cruz y ofrece un paisaje impresionante de estepas infinitas y lagos de un verde intenso. Durante su recorrido, Gabriela pudo admirar la majestuosidad de los cerros Torre, Fitz Roy y San Lorenzo, que emergen de las nubes y brillan bajo el sol. Esta primera parte del viaje fue una introducción a la inmensidad y la belleza de la Patagonia argentina.
Después de dejar atrás la estepa, Gabriela se adentró en los parques nacionales de la Cordillera, donde pudo explorar las huellas de los primeros habitantes de estas tierras y descubrir lagos y glaciares impresionantes. Durante este tramo del viaje, la Ruta 40 se sumerge en la soledad de la Patagonia, cautivando la imaginación y provocando una sensación de contemplación y conexión con la naturaleza.
El Recorrido por Santa Cruz y Chubut
Después de recorrer Santa Cruz, la Ruta 40 continúa su camino hacia el norte, adentrándose en la provincia de Chubut. Aquí, Gabriela tuvo la oportunidad de explorar el Glaciar Torrecillas y el Cerro La Torta, antes de llegar a la encantadora ciudad de Esquel. Siguiendo el camino, pasó por Epuyén, El Hoyo, y Lago Puelo, hasta llegar a El Bolsón, en la provincia de Río Negro.
Uno de los puntos destacados del recorrido de Gabriela fue la ciudad de Bariloche, conocida como el mayor centro de servicios de la Patagonia. Aquí, la Ruta 40 ofrece acceso a sitios naturales únicos y hermosos, que Gabriela aprovechó al máximo. Continuando hacia el norte, la Ruta 40 pasa por Villa la Angostura y San Martín de los Andes, conectadas por el famoso camino de los siete lagos, una ruta escénica que ofrece vistas impresionantes de lagos y montañas.
Después de pasar por Junín de los Andes, la ruta se adentra en la zona escarpada y quebrada del centro de Neuquén, con paisajes áridos y abruptos. Aquí, Gabriela pudo visitar el Parque Nacional Laguna Blanca y disfrutar de la belleza de las araucarias en Aluminé y Villa Pehuenia.
Consejos Importantes para Viajar por la Ruta 40
Si estás planeando un viaje por la Ruta 40, tener en cuenta algunos consejos útiles. En primer lugar, es recomendable contar con la cartografía adecuada o un sistema de GPS para no perderse en el camino. También tener en cuenta que en los trayectos más largos puede haber puestos de abastecimiento de combustible y servicios turísticos, pero es aconsejable consultar previamente debido a posibles desabastecimientos temporales por factores climáticos.
En invierno, es posible encontrar nieve y hielo en la carretera, por lo que se deben tomar las precauciones necesarias para circular de manera segura. Aunque la mayoría de la ruta está asfaltada y señalizada, aún hay tramos de ripio en la provincia de Santa Cruz.
La Ruta 40 es una experiencia inolvidable para cualquier viajero que busque explorar la belleza natural de Argentina. Para Gabriela Castillo, este viaje fue una oportunidad única para conectar con la naturaleza, descubrir paisajes impresionantes y vivir una aventura emocionante. Si estás pensando en realizar este recorrido, asegúrate de prepararte adecuadamente y disfrutar de cada momento de esta experiencia inolvidable.